A mi juicio, uno tiene que pensar con cuidado antes de hablar. De hecho, es muy probable que incluso pensando con cuidado cometamos errores importantes. Pero lo que es seguro es que sin pensar hacemos de este mundo un continuo desastre. Ya hemos comentado que el ser humano, no es mas que una especie de mecanismo magnético que experimenta atracción por los hechos que ocurren en el exterior. Nada mas que eso, no hay maldad, ni bondad, sino simplemente, en principio, observación. Sin embargo, por lo general, nacemos con un defecto. No queremos dejar de observar en ningún momento. A decir verdad, no tenemos porqué nacer con el, es también posible que lo desarrollemos con el paso del tiempo. Es decir, si en algún momento alguien nos pregunta, ¿te quieres morir ahora mismo? Por lo general la respuesta es no. De hecho puede incluso que sintamos un pequeño escalofrío solo de pensarlo, mucho mas si quien lo pregunta parece tener intención de ejecutar nuestro deseo en caso afirmativo. El miedo a morir dicta gran parte de nuestra conducta. ¿Porqué tenemos tanto miedo a morir? La vida, desde el mismo momento en que nacemos, ofrece constantes retos que uno tiene que resolver tomando decisiones. Pequeños, pero constantes. Por otra parte, nuestra capacidad cerebral, es decir, la capacidad de tomar decisiones, simplemente que creamos que son apropiadas para nuestro desarrollo posterior, son extremadamente limitadas. Y un dato mas. Básicamente nuestra principal forma de definir si una cosa es buena o no, quiero decir para nosotros, es la experiencia, propia o ajena. Así pues, cuando nacemos, absolutamente faltos de experiencia propia, y frente a una vida que nos está ofreciendo datos de manera indiscriminada, continua, y brutal para que asimilemos y aprovechemos para tomar nuestras decisiones, debemos,por fuerza, tomar como válida la experiencia ajena. Que desafortunado. En ese preciso momento estaremos tomando como verdad, repito: la VERDAD es a partir de ahí, el método que han desarrollado nuestros semejantes a lo largo de su vida. Y empieza el drama. Por ejemplo, en una cena familiar el chavalin de 7 años se tira un pedo. El escándalo, las risas y las burlas que sufrirá este muchacho, que lo único que esta haciendo es observar para aprender, producen un impacto permanente. Ya ha aprendido que, cuando escuche tirarse un pedo a cualquiera,tiene derecho a reírse, burlarse, y producir escándalo. Eso estará bien. Es mas este muchacho al ser testigo de la misma situación, en este caso no siendo el mismo el protagonista, tenderá a exagerar un poco esas burlas, escándalo y risas. Simplemente porque no puede admitir que el es una mala persona ha de estar por encima de alguien, recordar que en un principio nos basamos en experiencias ajenas, para poder empezar a sentirse normal y, por tanto, debe estar seguro de que la víctima, en este caso, hace algo mucho peor que el. El calibre de ruido que produzca la mofa es la medida de el mal que esa persona a cometido. Mucho mayor que el suyo propio. Intrínsecamente, ¿Tiene algo de malo tirarse un pedo? Quizá en este caso nosotros, desarrollados en el Occidente, no tengamos ninguna duda en la respuesta. Supongamos que lo tiene. Que es horrible tirarse un pedo. ¿No es mucho, muchísimo peor la lección que hemos hecho aprender de manera trágica a ese chavalin de 7 años? Definitivamente yo creo que si. Incluso en el caso de que pensemos que el mal cometido es terrible, pensar un poco en las consecuencias de nuestros actos nos ayudará a calibrar si son o no peores, y actuar en consecuencia. Es decir, en vez de la experiencia, esta vez ni propia ni ajena, sino el pensamiento nos ayudará a tomar un decisión Ahora la definición de "esta bien" será simplemente un problema de optimización, es decir habrá que responder a la pregunta: que es peor, ¿el hecho cometido o las consecuencias de mi actitud?
Se me ocurre un ejemplo. Seamos utópicos. Un empresario con unas ganas locas de hacer un mundo un poco mejor, decide poner un hotel en una hermosa zona. Digamos en la isla Benguerra. Su propósito es hacer disfrutar de la vida al que decida ir a pasar parte de ella a este lugar del planeta. No quiere hacerse rico. Simplemente con el paso de su propia vida a aprendido que disfrutarla es muy importante y, para el, hacer que otros disfruten se ha convertido en un objetivo. Para ello busca con cuidado el lugar, elige con la ayuda de expertos el material y diseño de cada una de las habitaciones. Incluye un buen restaurante en el hotel y toma mucho cuidado en elegir un menú equilibrado, y delicioso que prepara un cocinero de gran talento. A la hora de escoger cada empleado del hotel lo hace con esmero intentando buscar personas felices y que se sientan felices trabajando en un hotel. A cambio, evidentemente pide dinero pues debe pagar todas estas cosas y a todas estas personas pero, incluso eso, lo intenta hacer con mucho cuidado para ser justo en el precio. Ya lo tiene todo a punto, e inaugura el hotel. Los visitantes, que han venido a disfrutar en realidad confunde el disfrute con el descuido. Y, ante tanta atención recibida por parte del personal, pierden los papeles, es decir, no piensan lo que hacen. La gente, en una gran mayoria, creemos que descansar es no pensar. Y al dejar de pensar por ejemplo le dicen a un empleado, dispuesto a ayudar:
--Necesito fresas. Es que de verdad que me encantaría comerme unas fresas ahora mismo.
El cliente ni siquiera se da cuenta de que acaba de llegar de juerga a las 4 de la mañana, y que quizá no sea sencillo encontrarlas. Así que, el empleado, que si que le gusta pensar, piensa que en una vez en la vida perder un poco la cabeza y sentir el placer de una fruta fresca puede ser importante dependiendo de la situación de cada uno. Y, sin decir nada, se pone en marcha. La cocina esta cerrada. El sabe de otro hotel cuya principal atracción es dar de comer las 24 horas del dia, que si que pueda tener fresas en ese momento. Tiene un amigo allí así que se lanza. Corriendo, pues su trabajo esta en el hotel y no quiere estar mucho tiempo fuera. Llega al amigo, le pone en un compromiso que el otro acepta y, después de 37 minutos, le trae las fresas al cliente: Habitación 438. (Que alegría le va a dar)
--Toc, toc, toc.
--Quien es?
--Señor Jiménez, sus fresas.
--Pero hombre, te pido fresas hace dos horas, y me las traes ahora que ya no tengo ganas y encima me despiertas!! Anda! Déjalas ahí.
--Siento haberle despertado pero es que...
--Nada, nada olvídate que me quiero ir a dormir, adios...blam.
A la mañana siguiente el cliente de la 438 deja el hotel, era el día de su regreso en cualquier caso pero, al salir, cuando el empresario le pregunta que tal su estancia dice:
--Bien, pero vamos tienes unos empleados un poco tontos!! Le pido una cosa para comer porque tengo hambre, y me lo trae a las 5 de la mañana, y encima me despierta.
El empresario ante esta información llama a Gulamo, el empleado, y enfrente del cliente le dice, en tono correcto que por favor la próxima vez tenga un poco mas de cuidado. Conoce a Gulamo y sabe que la historia seguro que no esta completamente bien contada, pero no le da mucha importancia, y así deja tranquilo al cliente que deja una buena propina. Gulamo, responsable de esa habitación en ese momento, va a hacerse cargo de que todo quede bien para el próximo cliente. Las fresas estan encima de la mesilla, sin tocar.
Tres años después Ramirez va al hotel, y se aloja en la habitación 438. Al entrar ve que hay una cafetera en la entrada con sus tacitas, y su café. Una delicia. Esa misma noche después de cenar decide tomarse un cafelito, descafeinado y calentito para irse mejor a dormir. Desafortunadamente al ir a poner la cafetera mueve un poco el codo, y tira una de las hermosas tacitas que se hace añicos. Son las 10 de la noche. Vaya, piensa. Y recoge los añicos, lo cual le cuesta unos cuantos minutitos. A la mañana siguiente decide llamar a recepción simplemente para informarles y que, en caso de que lo crean necesario, le carguen la tacita en la cuenta. Son las 7 de la mañana.
Buenos días. Ayer por la noche, al ponerme un café en la habitación, rompí una de las tazas de la mesilla...
Desde recepción Gulamo responde:
-- Ahora mismo nadie puede ir a recoger la taza. No hay personal de limpieza en servicio. ...
Por favor, piensa lo que dices.

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