¿Cuál es el sentido de la vida? Supongo que la primera conclusión a la que debemos llegar es que tenemos unas limitaciones enormes. Últimamente ya me he encontrado a mi mismo charlando con alguien de religión y argumentando siempre con el mismo ejemplo acerca de lo difícil que es creer en Dios. Empieza así: En un trocito de papel dibujo una línea recta y pregunto, ¿sabes lo que es esto? La respuesta es mas o menos siempre la misma. Una línea. Es verdad que es una línea. Sin embargo, lo que vemos en el dibujo no es mas que un trocito. En general, una linea es una cosa infinita. Lo que pasa es que si empezamos a mirar la línea mas y mas allá siempre vemos lo mismo, por lo que nuestro cerebro se queda bastante tranquilo pensando que entiende eso perfectamente. Incluso cuando no lo ha visto, y nunca lo vera. La forma de entenderlo ha sido sencilla. En el cole, la primera vez que vemos una línea es porque el profesor nos enseñó un trocito, la parte finita de la línea, (porque la parte infinita es más difícil de enseñar), y después un pequeño ejercicio de abstracción nos permite extrapolar el resto de información. Sin embargo, en clase de religión, el profesor de turno, cura o lo que sea, se empeña en que empezemos a entender la religión desde su parte infinita, Dios, y desde allí quieren que fabriquemos nuestras propias vidas.La única ayuda que te dan es, ten fé. Cree en Dios, y el te ayudará. ¿Por qué? Pues claro, Dios nos se puede ver, así como la parte infinita de la línea. Y ahora es incluso peor porque no tenemos otra información de la que podamos extrapolar. ¡Ala! tírate al vacío y se católico. Por algún motivo esto es suficiente para algunos y consiguen, efectivamente, fabricar una vida a partir de ahí. Y no olvidemos que fabricar una vida es exactamente encontrarle el sentido. Otros, educados en esa misma disciplina, la perdemos con el tiempo. Pero eso es independiente de la existencia de Dios. Desafortunadamente esta palabra esta ya cogida por un concepto muy rígido, (al menos en el entorno que yo conozco que claramente es muy pequeño), y por tanto decir creo en Dios, por ejemplo, deja muy poco hueco a una explicación posterior. Pero, por otro lado, no utilizarla sería como negar un trocito de verdad, aquella que supone nuestra propia historia. Al menos, en ese sentido, seguro que ha existido Dios hasta ese momento. Es simplemente todo aquello que ha sucedido en torno a esa palabra durante nuestra vida pasada. Pero ahora no me refiero a eso. Lo que sugiero ahora es lo siguiente: El sentido de la vida es Dios. No es una afirmación, es una definición.
Y, bueno, ¿para que demonios sirve esta definición? Por ahora simplemente le hemos dado un nuevo nombre a la misma incógnita. Sin embargo, hemos ganado un poquito. El caso es que, sin darnos cuenta, estamos acostumbrados a entender la vida a través de nombres. Palabras que se han pegado a conceptos, cosas, situaciones, o cualquier tipo de input que haya servido para construir o decorar nuestra vida, esta íntimamente relacionado con una palabra. Así que, al oír una palabra, y de nuevo sin darnos cuenta, con ella vienen un montón de partículas de vida que le proporcionan un significado que ahora es intrínseco a nosotros mismos. Así por ejemplo, si la madre de un muchacho es una puta, cada vez que oiga esa palabra tendrá un significado claramente distinto al que le dé el policía de turno que se dedica a encarcelar putas que aumentan la inseguridad en nuestras calles e incluso, a veces, ensucian el paisaje. A pesar de que el diccionario pueda calificar como sinónimos dos palabras dadas, no puede existir un sinónimo de situaciones que, ademas, sea personal para cada uno de nosotros. De la misma forma si una palabra tiene ya un sentido muy extendido y uniforme, al decirla, es posible que se entienda mejor el efecto que puede tener en los demás. El sentido de la vida no tiene un sentido uniforme. Creo que si hiciésemos una encuesta preguntando por ahí cual es el sentido de la vida casi ninguno sabría que responder. Si preguntamos crees en Dios, en mi opinión, aunque la respuesta sea la que sea, en el fondo, todo el mundo tiene una respuesta clara. (Puede o no ser meditada, puede o no ser verdad, pero salta inmediatamente la respuesta)
El sentido de la vida es Dios. Y ¿donde ahí que buscar a Dios? Dios está en todas partes. No hay que tener fé para decir esto, es una definición. Primero admite eso. Es como admitir que estas vivo. Ya lo hemos comentado alguna vez. Si no admites eso, tampoco es que tenga mucho sentido que te estés preguntando por el sentido de algo que no admites. Por otro lado, si lo que estas buscando es que alguien te diga como se vive, y que te afirme en cada momento de duda que lo estas haciendo bien, entonces es cuando has de utilizar el privilegiado conocimiento de que somos extremadamente limitados, y tener calma. Si todavía no eres capaz si siquiera de saber que hacer con tu tiempo, o si de verdad quieres utilizarlo, pues tienes que preguntar a Dios si lo estas haciendo bien o no ¿no tendrás primero que aprender exactamente eso? Bien, pues aprender eso lleva un buen rato, y requiere mucha concentración y ejercicio. Mucho esfuerzo que uno debiera estar haciendo antes de pararse a pensar si lo esta haciendo bien. Es decir, si no estas haciendo nada, seguro que no lo estas haciendo bien. Tampoco masl, simplemente no lo estas haciendo. No es malo, lo raro es que luego preguntes si lo estas haciendo bien. Significa que no entiendes bien tu propia vida y, de ahí, tus grandes dudas. Bueno, y en este punto, ¿cuál es el sentido de la vida? Ese. Cada mañana, al levantarnos, al menos yo no se muy bien porqué, ocurre el milagro. Tenemos otro día, entero, para vivir. Nuestra responsabilidad es cuidarlo. Quizá hay una pista que puede ser que nos ayude a entender un poco. El ser humano es curioso por naturaleza, es decir, nace curioso y experimenta placer aprendiendo. Un placer que, muchas veces, se refleja con una sonrisa. Al menos en mi opinión, casi siempre una sonrisa es síntoma de proximidad con uno mismo. Así pues, cada día un poquito antes de irse a dormir, recuerda contar cuántas veces sonreiste. Si son pocas, no te preocupes. Dios esta ahí para regalarte un nuevo día con el que volver a empezar a contar... si por algún casual no hubiese ese nuevo día, (sólo deciros que a mi nunca me ha pasado), entonces volvemos a lo de antes. Ya no tienes mucho problema en buscar o no el sentido a la vida.
Por último recuerda que, si en algún momento sientes pereza de hacer una cosa, al llegar la noche vas a morir. Sólo Dios es capaz de regalarte otro día. Lo que hagas con este, es sólo responsabilidad tuya.

No hay comentarios:
Publicar un comentario