martes, 29 de enero de 2008

La ley de la energía mínima



En su comentario a la entrada "De como evitar la asfixia" Bux, entre otras interesantes cosas, decía:

"Pero incluso los autocastigos tienen un sentido, no todo es absurdo en nuestro comportamiento. Hacemos las cosas por algo, y se trata de descubrir por qué."

Se pueden interpretar tus palabras como si el autocastigo fuese algo aconsejable en algunos casos. Independientemente de que esta sea tu intención, o no, yo creo que el autopremio es algo aconsejable. El autocastigo, mas que un sentido, tiene una razón por la que se produce. Y puede bien pasar que esta no sea la única pero, en todos aquellos casos en los que yo he sido vícitma y verdugo, no es mas que la falta de amor por mi mismo.... Siempre que alguien me cuenta una pena propia, por la cual el mismo se autocastiga, a mi, sin embargo, no me entran ganas de castigarlo. Entonces, ¿por qué si que me tengo que castigar a mi mismo? Llegados a este punto la gente, en general, no me odia. Incluso diría que hay algún loco que me quiere así que, al final, la verdad es que no debo ser tan malo. No soy perfecto... pero soy tan majete!! He cometido, y cometo, errores en mi vida. Serios. Pero, ¿porqué dejar que los demás saquen de mi el producto de mis errores, cuando estoy seguro de que, por ahí, queda algo que ofrecer? Estoy completamente de acuerdo en que el autocastigo no es un comportamiento absurdo. Al contrario, el hecho de que una mala acción por nuestra parte nos haga sentir odio por nosotros mismos, no es mas que la viva expresión de nuestras ganas de hacer bien las cosas. Pero no somos perfectos así que, no una, sino muchas veces no vamos a hacer las cosas bien, y es muy posible que muchas veces hagamos las cosas muy mal. Pero ¿que nos queda? ¿es que no somos capaces de perdonar a aquel a quien queremos, incluso después de contarnos uno de sus mayores pesares? Y, entonces, ¿por qué no a nosotros? Es muy importante lo que ocurrió en el pasado pues nos posiciona para afrontar el futuro. Pero solo por eso. Es decir, al fin y al cabo lo que importa es el como queremos afrontar el futuro desde la posición en la que estamos. Hay muchas cosas del pasado que nos recuerdan lo terriblemente malos que somos... lo irremediablemente malos que somos. Hay mucha gente enfrente de nosotros que espera ver lo bueno que tenemos. Por desgracia y, a mi gusto, vivimos en un mundo cubierto de desconfianza, miedo y angustia. El bien hacer, y la energía derrochada en el intento de construir un buen momento, son bienes escasos y muy apreciados. Solo la posibilidad de que nosotros tengamos un poquito de esa energía, una palabra apropiada para un momento concreto, o una delicada y pequeña idea que facilite la resolución optima de un hecho, merece el esfuerzo, enorme, rotundo, y casi imposible de realizar a veces, de perdonarnos, para poder utilizarla en producir una sonrisa o avivar la imaginación, propia o ajena. Y, ¿no es verdad que en algunas ocasiones, determinada gente ha valorado nuestras reacciones? Pues esta puede ser la próxima. ... Nadie pidió ser malo, y ya es bastante malo que pasara lo que pasó. Pero alguien me esta mirando.

No hay comentarios: