martes, 23 de marzo de 2010

Estas ahi?


Busco para, de la nada, crear nuevas palabras. Sin filtro. Sentimientos que comienzan siendo impulsos, brotes de aliento que presumen vida. No quiero ser parte de ellos. Mi mano, exhausta ya de doblegar palabras, quedo rígida. Y se interpone al fluido que quiere salir. Lo deforma, y lo transforma y contamina. Un ser contaminado de otro que quería ser. Erase una vez un hombtre... o yo que se. Pero no salen. Si solo pudiese mirar para aprender. La verdad, ni siquiera se lo que tengo que aprender. La gente no es lo que yo veo, porque no me dejan mirarles. Me muestran las maravillas que tienen para hacerme sentir cada vez peor persona: si ellos son así, y yo no paro de mentir, y ocultar, y aprovecharme de su querer sin poder dar nada a cambio, es que la acción de este mundo sobre lo que fui fue mas intensa de lo que pensaba. Mas intensa en cualquier caso que la acción que este mundo, el mismo que a mi me ampara y me deforma, tuvo sobre ellos.

Pero yo soy, obviamente, ellos. Así la acción que sobre ellos fue benigna, sobre mi lo ha debido ser también. Es por tanto un velo negro el que me impide ver el cordón umbilical que me une con ellos. Contigo. Un velo... es por tanto necesario que venga una racha de aire que deje entrever, en un recodo, que detrás hay vida. La misma que hay aquí delante. La misma en todos los sentidos. Es no mas que una inmensa superficie de luz. Tiene diferentes formas y colores. Aquí se parece a las ondas que produjo una piedra al caer en un estanque. Allí es un gigante agujero negro que impide ver nada en su interior. Mas allá es el producto de la mejor de las músicas en el mas exquisito oído. Una mezcla que reverbera y explota y produce una onda mortal a quien la toca. Pues quien la toca se convierte en vida. Pura vida.

Una música que me gustaría escuchar, pero hoy me dejé los oídos en casa. Y no se donde. Estuve toda la mañana buscándolos, pero deben estar mezclados con la ropa sucia. Y es que son pequeños, pero alguna vez los he utilizado. Lo juro. Y me gustaba. Pues se oía música. Es verdad que se siente mucho ruido, y es por eso que me los quité... pero he estado pensando, y creo que el ruido no viene de fuera, sino de que la última vez me los puse mal, y al pasar la música a través, la distorsionan. Bueno, tengo que aprovechar y recordar, cuando los encuentre, que seguro que es prontito, pedir ayuda para que me los pongan como Dios manda.

Dios siempre manda que te pongas los oídos como corresponde. No hay mas que escucharle para darse cuenta... pero vaya sin los oídos puestos no puedo escucharlo...

Y el tiempo pasa, y quizá nada mas por eso palabras salen. Palabras que, con un poco de suerte, mañana escucharé.

No hay comentarios: