Verde...Esperanza! La seguridad de sentirse querido, buscado, aunque sólo sea considerado. Si, esa mínima seguridad, se transforma en fisura en la piedra para que el escalador, ahora ya fofo e indeciso, piense en que quizá dar un paso mas tiene sentido. Y lo piensa una y otra vez, sin darlo, pues le han quitado la cuerda. Simplemente mira y mira: verde, sigue verde.
Amarillo...Esta ahí, no la veo pero esta ahí. Quizá mira hacia arriba y se transforma en verde. Y si mira. ¿que ropa me puse hoy? Vaya, voy desnudo. Y lo peor es que se me ve esa maldita cicatriz de cuando era pequeño. Y esta herida que me hice mientras miraba la gente pasar desde mi bicicleta sin rumbo...sin bicicleta.... y sin embargo, y no se muy bien porque, quiero que mire.
Rojo... te desprecio. El dolor que siento por ti se convierte en rabia. Nada hice para sentir el dolor que siento. Y un vampiro se aproxima con cara de angel. Con palabras de sirena... y con capa negra en el baúl. Por la noche, en la oscuridad mas absoluta se cubre con ella y comienza a chupar. A chuparme la sangre hasta dejarme exhausta. Adornado con palabras que aprendió en el infierno. Y que me ofuscan. La última vez fue un grito, tan ensordecedor, que al menos me ha dejado sorda, y ya no escucho sus palabras. Mis ojos se abrieron del susto, y vi su capa.
Gris...Nada. Absolutamente nada. Vacío y ciego. El tiempo me atraviesa.
Hoy me he dado cuenta de que los colores sólo yo los veo. Nadie los emite. Son reflejos de un paraguas que compró por protegerse. Un paraguas verde, rojo, amarillo, y gris, por fuera. Un paraguas que, escogido a conciencia, luce un color negro absoluto por dentro. Un paraguas que, a proposito, impide mirar hacia arriba. Colores que sólo veo yo, pues al otro lado no hay nada.
Gris...
Ojalá deje de llover.
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