lunes, 10 de septiembre de 2018

Haciéndote responsable de tus actos.


Estaba tomandome un café en una terraza. Y en mi mesa se ha posado una paloma, con la intención de comerse unas migas de pan que había sobre la mesa. Y me miraba y se acercaba a milímetros a las migas y no se las comía, pues me volvía a mirar por si le atacaba. Y he pensado: como hará para fiarse? qué proceso interior hará? Ah! no, las palomas no piensan. No puede cambiar nada. Y de repente he pensado: no se las va a comer. Marchará. Y 30 segundos después marchó sin comerse las migas. Y me quedé pensando, hasta que caí en algo importante. Y es que si que había algo que podía cambiar. La paloma se habría comido las migas, si yo hubiese dejado de mirarla.

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