domingo, 30 de septiembre de 2018

Pérdida



Jorge Jiménez Urroz, Julio 2018

Este escrito está basado en mi experiencia personal después de perder, por una separación, a una persona que llenaba un espacio muy importante en mi vida. Se llama Luz. Así que estas notas se refieren sólamente a este tipo de pérdidas.

Yo parto del supuesto de que todo lo que pasa es ahora y es en nuestro cuerpo. El bienestar en la vida o el malestar en la vida, es simplemente un bienestar o malestar corporal. Y no tiene porqué ser visible. A veces un cancer aparece de manera inesperada, y no es porque haya surgido de la nada. Surgió de una presión corporal, (provocada por un malentendido emocional quizás desde el nacimiento), que fué dañando la zona hasta hacerlo irreversible.

Esta reacción corporal es el principal problema de la pérdida, pues provoca un malestar que parece va a quedarse así para toda la vida. Ademas, en este caso, es muy violento y claramente visible. De hecho, es tan violento y visible, que puede nublar otro tipo de interacción con el exterior aislándonos de la realidad. En mi caso se me oprime el pecho, y siento un dolor en la boca del estómago que me produce ganas de vomitar y, por supuesto, una sensación de desesperación, tristeza, y ganas de llorar desconsoladamente.

Ante este malestar tan intenso el cuerpo empieza a gastar mucha energía para poder equilibrar esa presión repentina que esta soportando. Y este gasto de energía hace que nos sintamos más cansados, y más incapaces de llevar nuestra vida, con lo que se sobrevienen los pensamientos negativos: Imagínese la sensación de pensar que siempre va a ser la vida con una presión en el pecho.

La sensación del malestar corporal aparece como olas. La mente se distrae de la perdida con algo que se esta haciendo en ese momento, hasta que un pensamiento, o una sensación interna o externa trae al presente el pasado que se vivió con la persona perdida. Y entonces empieza el malestar que se produce poco a poco, y que puede llegar a niveles insoportables.


1 Las olas

Las razones por las que van y vienen estas olas son distintas. Pondré en una lista algunas de ellas:

El miedo. El miedo provoca la sensación de pérdida. Claro, la persona que se perdió proporcionaba unas herramientas que el individuo no sabe usar. En la vida del individuo continuamente se presentan momentos en los que ese tipo de herramientas son necesarios, con lo que surge inmediatamente el mecanismo: ”si estuviese aquí Luz” y en ese momento la reacción corporal ante la sensación de pérdida se produce. En mi caso se oprime el pecho, y siento un dolor en la boca del estómago.


El Teléfono. Ella es de Zaragoza, yo vivo en Barcelona. Y nuestra relación ha tenido una parte esencial gracias al Telegram, una de estas aplicaciones que permite mandar texto, mensajes de audio, e incluso pequeñas bubbles, o esferitas que contienen un pequeño video de lo que pasaba en nuestra vida en ese momento. Cada vez que llega un mensaje de telegram a mi teléfono se enciende una luz azul que proporcionaba alegría a mi cuerpo, en el pasado, sin ni siquiera darme cuenta de ello. El cuerpo busca la alegría porque esta gastando mucha energía por el dolor, y la mente que intenta ayudar al cuerpo, actúa buscando lo que proporcionaba la energía y no le cuesta buscar y buscar y buscar, pues así es como funciona. Así que mira de manera obsesionada al teléfono para ver si se enciende la luz azul. Pero cada vez que la luz azul no esta encendida, se provoca el malestar corporal.

El recuerdo de buenos momentos. La relación genera un lenguaje común exclusivo de la pareja. Hay situaciones que quedan en la memoria de la pareja como pertenecientes a ambos, y sólo a ambos, y no a cada uno de ellos, sino a la pareja como ente. Cuando esta situación se repite, pero el individuo esta sólo, inmediatamente aparece la pareja y, como es en un momento que trajo bienestar en su momento, se hace explícita la perdida.

La ruptura. Me ha eliminado de su vida en 10 días, y ya no significo nada. Y, además con una contundencia en su último mensaje devastadora ¿es que no valgo nada? Esta pregunta es la que lleva a una de las olas de malestar de mayor intensidad, y que puede provocarme hasta vómitos. ”Ahora he sentido el amor de verdad, que nunca me había atrevido a sentir” ¿pero que ha sentido ella conmigo? Esto produce una caída libre al pozo del sufrimiento corporal. La más difícil de recuperar. Es como que, estando en la etapa de negación, hace más visible que de hecho la hemos perdido. No hay vuelta atrás y te deja solo con tu presente, que hasta ahora esta vacío.

2. El presente

El malestar corporal ocurre en el presente, y sin embargo parece estar originado por una persona que no pertenece a mi presente. Ah, pero entonces ¿que hay en mi presente? Claro, como no me gusta mi presente, lo lleno de ella. Es decir, empiezo a pensar en cosas que la hacen presente. La idea entonces es conseguir que te guste tu presente. Y esto no significa perderla, y que nunca la volveré a ver más. Las personas no desaparecen. De hecho tiene una gran ventaja. A veces no tenemos confianza en que las personas nos buscan por lo que valemos, porque ni nosotros mismos sabemos lo que valemos.

Puede pasar que en una relación se esté en una tensión constante pensando que, como no de lo suficiente de lo que quiere la otra persona, se marchará. Con lo que estamos más pendientes de qué es lo que quiere el otro, sin darnos cuenta de qué nos estamos perdiendo. Cuando empezamos a apreciar lo que tenemos, y la otra persona se acerca, podemos comparar lo que la otra persona nos ofrece, con lo que nosotros tenemos. Y sólo en el momento en el que la otra persona nos ofrezca algo mejor, la dejaremos que entre a formar parte de nuestro presente. Y como no fué porque estuvimos intentando agradarla, sino que estábamos simplemente siendo nosotros, estamos seguros de que se acerca a nosotros porque quiere, y estamos seguros de que nos gusta genuínamente lo que nos ofrece. Esto hace libre a cada individuo de la pareja.


Y, ¿cuál es mi presente? Curiosamente la respuesta es más sencilla de lo que parece, y de nuevo se nota en el cuerpo. Mi presente soy yo. Exactamente lo que hago en este momento. Y lo que hago en este momento es luchar por quitar a Luz de mi presente. En el momento que me doy cuenta de eso, veo que mi cuerpo se relaja un poco. Es como dar un espacio a mi propio ser. Yo soy un individuo que lucha por quitar de su presente algo que, en el pasado, lo llenaba. Que curioso es el hecho de que, en realidad, es algo del pasado llenando el presente. No puede ser!! Solo lo puedo hacer eso yo, e igualmente puedo deshacerlo.

Por otro lado, nuestro presente es equívoco ya que incluimos de forma artificial a Luz, algo que pertenece al pasado y, es más, como queremos que nos provoque alegría para compensar el gasto energético corporal del dolor, se tiende a mirar solo lo positivo de la relación pasada cuando, en realidad, llegó a ese punto en que se rompió porque también tenía partes difíciles que impidieron desarrollarse de forma que enriqueciese a la pareja.

Para poder comparar lo que me ofrece este presente artificial con el real, es decir, lo que me pasa ahora y que decisiones tomo yo, es importante tomar todos las partes del pasado. Aunque cueste, es el momento de recordar algunas situaciones en las que la pareja no nos convencía y nos generaba la duda de si compartir el presente con ella.

Es posible que en este proceso lo que este pasando es que, con esta lucha de traer a Luz al presente, lo que estoy haciendo es asegurarme que este en mi futuro. Es como la fase del duelo llamada la negación. ¿Cómo puede ser que la haya perdido? En este punto hace falta un poco de confianza. Si la has perdido, por mucho que te rompas la cabeza, nada cambiará. Esto se entiende mejor cuando la persona que has perdido es porque murió, pero en el caso de una perdida por amor funciona de la misma manera. Si tu pareja se enamoró de otra persona, no hay nada que tu puedas hacer, porque esa otra persona es la que forma el presente de la que fué tu pareja, mientras que tu no eres más que su pasado. Si, por el contrario, no la perdiste, es porque tu formas parte de su presente, y quiere que formes parte de su futuro, así que no hay más que esperar a que llegue el momento en que tu pareja se acerque. Y será porque ella quiere, y estarás seguro de ello. Eso refuerza un buen futuro.

No hay comentarios: